Conociendo a Bahá'ú'lláh a través de los ojos de Sus padres

Bahá'u'lláh, cuyo título significa "la Gloria de Dios" en árabe, nació el 12 de noviembre de 1817 en Teherán, Irán. Su nombre dado era Husayn Ali, y él era el hijo de un ministro rico del gobierno, Mirza Buzurg-i-Nuri. La familia podría remontar sus ancestros a las grandes dinastías del pasado imperial de Irán. Bahá'u'lláh llevó una vida principesca como un joven, recibiendo una educación que se centró en gran medida en la caligrafía, la equitación, la poesía clásica y la esgrima. En estos últimos meses antes de la fecha del Bicentenario de Su Natalicio, compartimos a continuación algunas historias que muestran tanto el amor como la admiración de los padres de la Bendita Belleza hacia El, cuando aún era un niño de tierna edad.

La madre de la Bendita Belleza estaba tan fascinada con él que no podía contener su asombro ante Su comportamiento. «Este niño nunca llora», decía ella; "Es tan diferente de otros bebés que lloran y gritan y son para siempre inquietos durante la etapa de lactancia…'

('Abdu'l-Baha citado por Ishraq-Khavari en Risaliy-i-Ayyam-i-Tis'ih p 62 en Historias de Bahá'u'lláh, compilado por Ali-Akbar Furutan)

Cuando Bahá'u'lláh tenía siete años, un día Su madre observaba la elegancia de Su porte mientras caminaba de un lado a otro, y comentaba: "Él es un poco corto de estatura". Pero Su padre respondió: "No tiene importancia. ¿No son conscientes de Sus capacidades y Sus habilidades? ¡Esa inteligencia! ¡Y tal percepción! Él es como una llama de fuego. Incluso en esta edad joven supera a los hombres maduros. Siempre que se discutieron problemas difíciles y nadie parecía capaz de resolverlos, la joven Bendita Belleza proporcionaría la solución.

('Abdu'l-Baha citado por Ishraq-Khavari en Risaliy-i-Ayyam-i-Tis'ih p 67 en Historias de Baha'u'llah, compilado por Ali-Akbar Furutan)

Mientras aún era un niño, la Bendita Belleza miraba como un recaudador de impuestos del gobierno, en tres ocasiones distintas, abordó a Su padre y le exigió, de manera cruel e injusta, el pago de impuestos. Incapaz de soportar la injusticia, Él, aun siendo un niño, montó Su caballo y cabalgó durante dos días hasta que llegó a Teherán. Allí, Él buscó la destitución de este injusto y tiránico cobrador de impuestos. Logró obtener los papeles necesarios para ordenar el despido, y regresó a sus padres.

(Memorias del Dr. Diya Baghdadidi, inéditas, que reportaban palabras de 'Abdu'l-Baha en Historias de Baha'u'llah, compiladas por Ali-Akbar Furutan)